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jueves, 22 de octubre de 2009

EL ENTRENADOR Y LOS PADRES

Todo deportista de una u otra manera quiere perpetuar sus conocimientos y experiencia deportiva a través del tiempo, surge así el entrenador, el técnico, el coach, el profe...En la era del super profesionalismo surge como necesario la figura de ese hombre o mujer que detrás de la indicación, el reto o la felicitación hace posible que un grupo de jóvenes consigan el objetivo deseado o sepan asimilar la derrota como una parte mas del proceso de aprendizaje. El deporte como tal se ha mostrado como una escuela de valores y de vida, razón por la cuál todo entrenador, del nivel que fuera, es en realidad un maestro de vida.Este maestro de vida a través del deporte esta formando personas que seguramente jamás olvidarán las experiencias vividas con él. Entrenamientos, viajes, concentraciones y campeonatos han sido el aula donde desplegó sus experiencias y saber.La formación de chicos y jóvenes es particularmente difícil, pues sus padres normalmente buscan reflejar en sus hijos todo aquello que ellos no consiguieron o pudieron. Surge así una de las relaciones mas difíciles dentro del deporte.Entrenar jóvenes es como sostener una paloma en la mano. Si la aprietas demasiado la asfixias, y si no es lo suficiente firme se vuela.Hay varias razones por la cuál ser entrenador es particularmente difícil.
Todas las miradas estarán puestas en él para justificar las derrotas, especialmente la de los padres.
Muchas veces nos encontramos en un campo de juego y el entrenador recibe más insultos de los padres de sus propios jugadores que de la tribuna oponente.
Normalmente un padre ha jugado el deporte que practica su hijo, haciendo de esto una cuestión de orgullo familiar, el padre es el primero en interferir y cuestionar el necesario proceso de reconocimiento de autoridad y relación deportiva entre el entrenador y el deportista.
Por supuesto que esto se da con las mejores de las intenciones que lamentablemente perjudican mas que dar una luz en el aprendizaje deportivo.
Ser entrenador es como estar dando un examen frente al docente y el alumnado con un grupo de supervisores haciendo notas al fondo de la clase.
Creo que en muchos momentos quienes tienen responsabilidades como entrenadores se han sentido así.
Las cosas, definitivamente no pueden ser consideradas normales cuando uno esta siendo observado y criticado hasta el mínimo detalle y movimiento.Sino, como ejemplo, podemos dar las ligas infantiles de cualquier deporte donde el factor padres es crítico.El entrenador como conocedor por experiencia y formación debe tener un apoyo irrestricto de parte de los padres. Esta es la única forma en que pueda surgir todo lo bueno de ese maestro del deporte. Bien o mal un entrenador jamás busca perder, de modo tal que nunca tomará una decisión de saber que lo puede llevar al fracaso. Arriesgarse sí, suicidio deportivo jamás.Lamentablemente el deporte, quizás mas que cualquier otra actividad, exacerba las pasiones y nubla el pensamiento, por esta razón un padre molesto con un entrenador puede convertirse en el peor de los enemigos. De un padre así tan solo saldrá lo peor, aunque diga lo contrario y que sus intenciones son las mejores lo peor surgirá. Y lo peor muchas veces no tiene la cara de Satán ni la virulencia de un terremoto, sino todo los contrario. Padres gentiles e inteligentes que imaginan como debería ser el rendimiento deportivo de su hijo chocan con la realidad de los tiempos necesarios de aprendizajes, oponentes con mejor nivel y decisiones técnicas que para sus gustos no son las correctas. Estos padres con comentarios sutiles socavan el liderazgo deportivo de un entrenador.Consecuentemente el entrenador sacará su foco de atención de sus deportistas y tratará de defender su espacio dentro del equipo. Esto así generará un desgaste donde los únicos beneficiados serán los equipos rivales y el mayor de los perjudicados el propio joven atleta.Puede haber discrepancias de criterio, si, pero no podemos vivir cuestionando todo haciendo incluso del deporte una asamblea permanente. El entrenador se debe preocupar en preparar a su equipo. Cuando un entrenador esta en medio de un conflicto de intereses debe irremediablemente plantear abiertamente la cuestión y establecer un posición claramente definida.El entrenador debe establecer claramente sus objetivos, plantearlos y hacerlos públicamente explícitos. Reunirse con los padres y presentar un proyecto de trabajo deportivo con objetivos claros y reales es la mejor forma de construir una buena relación donde todos puedan aceptar libremente si desean estar en ese barco o bajarse antes de salir del puerto. Los motines a bordo no tan solo no nos llevarán al objetivo sino que lo mas probable es que la nave se hunda en medio del mar.Finalmente hay una cuestión clave: los errores del entrenador normalmente son obvios para todos mientras que las jugadas geniales pasan desapercibidas.Estas jugadas geniales son la carta del triunfo, no como entrenadores sino como educadores de vida. Esa jugada genial tiene poco que ver con la táctica y la estrategia. Esa jugada genial es aportar algo nuevo a un deportista, apoyarlo, escucharlo, educarlo. La jugada genial es preparar a ese joven para la vida a través del deporte. Esa jugada genial es darle la oportunidad a ese joven de ser mejor y superarse.La jugada genial es la de sacar lo mejor de cada uno en los peores momentos. En esto, los mejores entrenadores, son verdaderos maestros, enseñándole a los jóvenes a enfrentar los momentos más difíciles, a través del deporte, con integridad, lealtad y excelencia.Un buen entrenador, a pesar de todo, sigue siendo un verdadero maestro.

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